En la presente comunicación nos planteamos analizar la conexión entre dos conceptos perspectivos, intuición y proyección, que a veces van de la mano pero que en distintas épocas de la historia del arte se han desvinculado uno del otro, al menos aparentemente. Las preguntas que nos haríamos serían ¿en qué medida y de qué manera la intuición es el motor que mueve los resortes gráficos para describir una situación concreta en la que entran personajes y entorno?, ¿En qué medida los recursos gráficos y pictóricos con respecto a uno u otro concepto, contribuyen a dicha descripción y al contenido narrativo? Aunque es cierto que la experiencia visual determina una imagen mental de la realidad, no es menos cierto que la intuición, que hace germinar el proceso creativo, está presente en el proceso de representación de la escena y en el discurso narrativo. En la dualidad existente entre la realidad visual y la imagen creada, vemos también la relación global – local como dos términos que tienen que ver con la diferencia existente entre un conjunto de códigos “objetivos” empleados en la perspectiva geométrica, y otro conjunto de códigos que calificaríamos de “subjetivos” que transmiten un mundo más personal e individualizado. Así la visión entendida como una proyección de imágenes del mundo exterior expresada por medio de una serie de formas geométricas que participan de ciertas leyes visuales, se opondría a una visión interior en la que las experiencias más íntimas y personales conformarían otros elementos que contribuirían al resultado de la obra artística. Presentaremos una serie de obras que nos van a dar las respuestas a las preguntas planteadas, entre ellas analizaremos una miniatura persa, un fragmento de El Bosco, un artista típicamente renacentista como Crivelli y entre la pintura moderna Salvador Dalí, Marc Chagall, y los contemporáneos Moebius y El Hortelano.http://dx.doi.org/10.4995/ANIAV.2017.5159