En el artículo parto del análisis de Mujeres que cantan, espectáculo guiado dramatúrgicamente y dirigido por la costarricense Estíbaliz Solís Carvajal, llevado adelante por el Colectivo La Tijera en Montevideo, Uruguay y estrenado en época de pandemia. El espectáculo dialoga con la estudiosa de género chilena Alejandra Castillo y el filósofo francés Jacques Rancière.
La reflexión que surge es hasta dónde ese espectáculo solo para diez personas estuvo pensado por el espacio escénico o por las circunstancias actuales de pandemia. Este cuestionamiento responde a un cuestionamiento estético respecto a las artes contemporáneas.
Hay un diálogo entre hipótesis feministas y un campo de cuestionamiento realizado por materiales escénicos que me interesa poner en evidencia para sacar conclusiones teóricas respecto a qué es el teatro hoy. Hacia dónde se proyecta y cuáles son las voces que permiten ese diálogo.
Las imágenes desbaratan los cierres interpretativos, enlazan lo visible y desvinculan sus significaciones, desvían sentidos, alterando el marco de lo recto para volverse oblicuo, así como la palabra mediatizada y la escritura son el lugar de alteración y falla del dispositivo de la voz. En este caso la voz femenina.