A partir de la década de 1980, el autor de Cien años de soledad se convirtió en el gran ídolo y fuente de “angustia de las influencias” (en términos de Harold Bloom) para toda una generación de escritores chinos: Jia Pingwa, Yu Hua, Su Tong, Yan Lianke, Ma Yuan y Mo Yan, entre otros. En este artículo se propone una lectura paralela de Gabriel García Márquez y Mo Yan, el premio nobel chino, con el propósito de demostrar que el realismo mágico latinoamericano y su aventura en China ha formado parte de la historia de la literatura contemporánea del país asiático: a los escritores chinos no solo les avivó su memoria y les hizo adoptar otra actitud hacia su pasado; también les mostró el camino para escribir un nuevo tipo de novela (noveau roman).