RESPUESTA AL ARIPIPRAZOL INYECTABLE DE LIBERACIÓN PROLONGADA EN PACIENTES DUALES Y NO DUALES.

2020 ◽  
Author(s):  
Jose Cervera Martínez ◽  
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Victor Avellón Juarez ◽  
Maria Del Cerro Arastey ◽  
Irene Juez Primo ◽  
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INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS: El consumo de drogas en los pacientes con otros trastornos mentales ensombrece el curso y el pronóstico, dificulta el tratamiento y el abordaje psicofarmacológico. El objetivo de este estudio es evaluar como el consumo de sustancias influye en la respuesta al tratamiento con aripiprazol inyectable de liberación prolongada (ILP). MATERIAL Y METODOS: Revisión retrospectiva de historias clínicas en busca de pacientes a los que se les trató con Aripiprazol ILP, pertenecientes al Departamento Hospital Doctor Peset (Valencia). Se realiza un estudio en espejo, comparando el número y los días de ingreso, así como las visitas a urgencias durante el año previo y posterior al inicio del tratamiento con aripiprazol ILP. Se estratificaron los resultados en pacientes consumidores de drogas frente a los no consumidores, sin tener en cuenta el tabaquismo. RESULTADOS Y CONCLUSIONES: Se incluyeron 59 casos (50,8% mujeres). La mayoría (50,8%) diagnosticados de esquizofrenia, seguidos de trastorno bipolar (20,3%). El 29,8% consumían drogas. Los pacientes con patología dual presentan mayor número de ingresos, días de ingreso y visitas a urgencias, tanto antes como después del tratamiento, respecto a los no consumidores, aunque no siempre de forma estadísticamente significativa. El tratamiento reduce de forma estadísticamente significativa el número de ingresos (PRE=0,89 vs POST=0,42; p=0,00), días de ingreso (13,6 vs 7,95; p=0,004) y urgencias (1,7 vs 1,19; p=0,012) de forma global. No obstante, al estratificar en función del consumo de sustancias, en el grupo de consumidores, la comparación, aunque también eficaz, pierde la significación estadística en el numero de ingresos y en las visitas a urgencias.

2021 ◽  

Objetivo El Trastorno Bipolar (TB) es la enfermedad mental que con mayor frecuencia se asocia al consumo de sustancias, especialmente cannabis. El TB puede influir en la vulnerabilidad al desarrollo de adicciones, sin embargo, el consumo de sustancias incrementa el riesgo de aparición de primeros episodios maníacos, con una edad de inicio más precoz. Presentamos un caso donde se plantea si el consumo de cannabis actúa como precipitante del TB o es este último el que actúa como agravante del consumo . Descripción del caso Varón de 21 años, con antecedente de TB y consumidor habitual de cannabis desde la adolescencia temprana. Primera descompensación en 2017, con diagnostico al alta de “Trastorno psicótico con predominio de síntomas maníacos debido al consumo de cannabinoides”. Tres ingresos posteriores (en 2018, 2020 y 2021) recibiendo en los dos últimos el diagnostico de TB. Durante las descompensaciones afectivas se expone a situaciones de riesgo, protagoniza alteraciones conductuales en el domicilio, gastos excesivos que la familia relaciona con el consumo de sustancias y se involucra en múltiples proyectos. En tratamiento actual con Acido Valproico 1000mg/día, Olanzapina 5mg/día y Lormetazepam. Durante su evolución ha mantenido un consumo activo de cannabis, en cantidades variables, pero habitualmente elevadas (5-20 unidades/día) y de forma diaria, lo cual aunado a la escasa adherencia al Centro de Atención a las Drogodependencias y la reticencia a la toma de la medicación ha dificultado prolongar los periodos libres de crisis y ha interferido con el mantenimiento de un adecuado funcionamiento sociofamiliar. Conclusiones La patología dual continúa representando un reto para el clínico y la asociación entre TB y consumo de cannabis modifica la presentación, evolución y pronóstico de la enfermedad, ya que incrementa la probabilidad de presentar mayor número de episodios maniacos, mayor asistencia sociosanitaria, peor adherencia al tratamiento y mayor discapacidad funcional.


Sapientia ◽  
2021 ◽  
Vol 11 (4) ◽  
pp. 38-45
Author(s):  
Marisín Gisela Tuñón Escobar

La evaluación psicológica para el porte de armas, es un requisito indispensable del proceso para su obtención. Dentro del ejercicio profesional, es una labor infrecuente en comparación con otras áreas, pero de un gran nivel de detalle, exhaustividad, responsabilidad y conciencia. El porte de armas se relaciona socialmente con mayor prevalencia y exposición a situaciones de violencia, por lo que datos empíricos sugieren que personas con los siguientes indicadores no deber ser candidatos aprobados en esta evaluación: impulsividad, consumo de sustancias, esquizofrenia, depresión psicótica, trastorno bipolar, inestabilidad emocional, daño cerebral, alto nivel de estrés social, inteligencia limítrofe, escaso conocimiento del uso del arma de fuego y la ley, hipocondría, trastornos de personalidad límite o antisocial, aislamiento social, aprehensión, paranoia, entre otros.


2020 ◽  
Author(s):  
María del Mar Sánchez Fernández ◽  
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Isabel Montoya Crous ◽  
Lorena Bixquert Pla ◽  
Isabel Morales Saenz ◽  
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INTRODUCCION El trastorno por consumo de sustancias y la muerte prematura mantienen una estrecha relación. Está misma relación se da en población con otros trastornos mentales con una importante reducción del promedio de años de vida. OBJETIVO Analizar la muestra de pacientes con patología dual fallecidos en nuestra UCA a lo largo de 25 años y variables relacionadas. METODO El estudio fue observacional-descriptivo: se revisan 162 historias clínicas de paciente fallecidos en la UCA de Ciudad Real entre 1993 y 2018. Se analizan las variables presencia de patología dual y dentro de este grupo sexo, edad, sustancia principal y causa de muerte. RESULTADOS El 78,04 % de la muestra son varones. El 25,3 % tiene documentada la presencia de patología dual con los siguientes diagnósticos: trastorno de personalidad 26,19%, trastorno depresivo 16,66%, trastorno psicótico 9,52%, trastorno de ansiedad 7,14%, trastorno bipolar 4,7% y otros 11,9%. La edad media de muerte es de 46 años. La causa de muerte es natural en un 43,03 % de la muestra. CONCLUSIONES La presencia de pacientes duales es muy inferior a la referida en estudios actuales, lo que alude a un posible infradiagnóstico. Destaca la presencia de un 21,95% de mujeres en la muestra, siendo este porcentaje notablemente superior a otras muestras de pacientes mujeres en adicciones cuando no se tiene en cuenta el diagnóstico dual. En los pacientes con patología dual destacamos la prematuridad en la edad de la muerte así como la muerte no natural o desconocida como causa principal de éxitus.


2015 ◽  
Vol 22 ◽  
pp. 26-28
Author(s):  
Jesús García Jiménez ◽  
Luis Gutiérrez-Rojas

2021 ◽  

Objetivo: determinar la relación del consumo varios tipos de sustancias con la prevalencia de diagnóstico de distintos trastornos mentales. Material y métodos: Se ha analizado una muestra de 88 pacientes de una USMC con población mixta rural-urbana cuyo factor común fue el tratamiento con ILPs. Se revisaron las HC para obtener información acerca del consumo de sustancias y diagnóstico en Salud Mental. Resultados y conclusiones Alcohol (n=4): 3 diagnósticos de esquizofrenia y 1 de CI bajo. Cocaína (n=3): 2 diagnósticos de esquizofrenia, 1 de trastorno psicótico de otro tipo, no esquizofrénico. Tabaco (n=19): 12 diagnósticos de esquizofrenia, 2 de trastorno de personalidad y “otros trastornos psicóticos”, 1 de trastorno bipolar, trastorno esquizoafectivo y CI bajo (1 sujeto/grupo). THC solo (n=14): 9 diagnósticos de esquizofrenia, otros 2 de “otros trastornos psicóticos”, y 1 sujeto en los grupos de trastorno afectivo bipolar, trastorno esquizoafectivo y CI bajo. THC con otras sustancias (n=5): se recogieron los consumos de THC con otras sustancias, encontrándose 5 pacientes: THC + cocaína (n = 1): trastorno esquizoafectivo. THC + estimulantes (n = 1): diagnóstico tipificado como “otro” en recogida de datos (no perteneciente a ninguno de los grupos mencionados). THC + cocaína y éxtasis (n = 1): otros trastornos psicóticos. THC + cocaína y heroína (n = 2): un sujeto con juicio clínico de “otros trastornos psicóticos” y otro con el de trastorno esquizoafectivo. La N limitada, así como la escasez de registros de consumo en HC, son una limitación a la hora de arrojar conclusiones. Sería interesante recomendar un mejor registro en las HC del patrón de consumo de tóxicos. Puede servir como aproximación para próximos estudios el hecho de que en una muestra cuyo factor común es el tratamiento con ILPs, el consumo de alcohol tenga menor relevancia que el consumo de THC.


2021 ◽  

Se presenta el caso de una paciente de 28 años, huérfana desde la infancia (su tía fue quien se encargó de su cuidado), que inicia consumo de tóxicos en la adolescencia (alcohol y cannabis a los 16 años, y posteriormente speed, cocaína, LSD, opio y estramonio). Tanto su madre como su tía presentaban patrón de abuso de alcohol. A sus 19 años, comenzó estudios de Filosofía en la Universidad, que finalmente abandonó. La paciente inició contacto con Salud Mental en un primer ingreso en 2012, con un diagnóstico inicial de Trastorno Psicótico Inducido por Sustancias, experimentando vivencias en forma de flashbacks (habituales al combinar cannabis, alcohol y alucinógenos) y alucinaciones auditivas con importante repercusión emocional. Posteriormente, ha realizado seguimiento en Hospital de Día y Consultas externas, habiendo precisado 6 nuevos ingresos hasta la actualidad. En el 2019, recibe el diagnóstico de Trastorno Bipolar, al haberse observado durante su evolución fases maníacas y depresivas (muchas de ellas en el contexto de consumo de tóxicos, acompañándose de sintomatología psicótica inicial que cede rápidamente al interrumpir el consumo). Como sabemos, ha sido ampliamente descrito en la literatura científica que el consumo de sustancias en pacientes con otras patologías psiquiátricas dificulta el diagnóstico, tratamiento y abordaje, y ensombrece el pronóstico. La paciente ha recibido distintos tratamientos psicofarmacológicos, y durante estos años, se ha procurado que disponga de un abordaje multidisciplinar, apoyándose también en asistencia a comunidades terapéuticas, intervención por parte de Trabajo Social, y atención a la familia. Además, ha sido diagnosticada recientemente de Hepatitis Autoinmune, por lo que realiza seguimiento y tratamiento por parte del Servicio de Digestivo. En este momento, la paciente se encuentra estable y mantiene abstinencia y buen cumplimiento terapéutico, realiza actividades y cuenta con un adecuado soporte socio-familiar.


2021 ◽  

INTRODUCCIÓN:La cafeína es el estimulante más consumido y socialmente aceptado en el mundo, siendo un 90% la proporción de adultos que la consumen. Actualmente, los Trastornos relacionados con la Cafeína (intoxicación, abstinencia y otros) se han incluido dentro de los trastornos producidos por el consumo de sustancias en la nueva versión del DSM-5. A pesar de todas las asociaciones observadas a nivel psicopatológico y del uso frecuente de cafeína por muchos pacientes psiquiátricos, son muy pocos los estudios que han estudiado sus efectos en el desarrollo y agravamiento de los síntomas psiquiátricos. OBJETIVO: Identificar la relación entre el consumo de cafeína y las alteraciones psicopatológicas en un paciente con Trastorno Bipolar tipo 1. MATERIAL Y MÉTODOS: Revisión de la historia clínica, anamnesis y escalas psicométricas de un paciente diagnosticado de Trastorno Bipolar 1, ingresado en la unidad de patología dual de Salamanca para desintoxicación de cafeína, alcohol y cannabis. Caso clínico: Varón de 32 años consumidor de alcohol y cannabis desde los 15 con uso recreativo. Fuma 40 cigarrillos al día e ingiere grandes cantidades de cafeína (15 cafés y 3L de bebidas de cola al día) diagnosticado de Trastorno Bipolar 1 desde el año 2012, con varios ingresos hospitalarios tras episodios maníacos o hipomaníacos que han sido seguidos siempre de un episodio depresivo que no ha precisado ingreso. Se observa un patrón repetido de consumo de cafeína cuando comienza a notar los primeros síntomas depresivos, que consisten sobretodo en anergia, astenia y bajo estado de ánimo. Cuando comienza con síntomas de hipomanía cesa el consumo de cafeína y comienza el consumo de anfetaminas y alcohol, según él, para mantener ese estado que le resulta egosintónico. RESULTADOS Y CONCLUSIONES: El paciente utiliza la cafeína para contrarrestar los primeros síntomas depresivos, por su potencial activador e iniciar síntomas de hipomanía.


2021 ◽  

1. Objetivos: con este caso clínico se pretende evaluar la repercusión del consumo de cannabis en paciente con diagnóstico de Trastorno Bipolar. 2. Material y métodos: Se expone el caso clínico de un varón de 32 años, con diagnóstico de Trastorno Bipolar tipo 1 desde hace 10 años y consumo de cannabis. En tratamiento actual con valproato, olanzapina, rivotril y lormetazepam, tras varias opciones terapéuticas sin resultados favorables. Cuenta con varios ingresos en la Unidad de Hospitalización Breve de Psiquiatría por cuadros de manía y episodios depresivos de larga duración. Cuando se encuentra clínicamente estable, mantiene una vida social y laboral dentro de la normalidad, aunque estos períodos de estabilidad clínica son de corta duración. Refiere consumo de cannabis durante los periodos de descompensación de su enfermedad, justificando este consumo como una forma de mejoría anímica, sin reconocer las repercusiones que le ocasiona esta conducta en el plano social y laboral. 3. Resultados: el consumo de cannabis en pacientes con Trastorno Bipolar, se asocia a peor pronóstico, mala adherencia a tratamiento y peor respuesta a fármacos, así como mayor riesgo de suicidio. Además, se asocia a mayor riesgo de episodios mixtos, episodios anímicos más prolongados (remisión más lenta) y más graves, menores períodos de estabilidad intercrisis, mayor riesgo de ciclaje rápido, mayor riesgo de viraje por antidepresivos, mayor riesgo de agitación psicomotora y mayor riesgo de 3º comorbilidad. 4. Conclusiones: Todo esto, pone de manifiesto, la importancia de saber abordar y manejar los trastornos del ánimo en pacientes con trastorno por abuso de sustancias, así como, tener en cuenta que al evaluar y tratar pacientes con trastornos anímicos se debe indagar y tratar el consumo de sustancias.


2021 ◽  

OBJETIVOS: El objetivo de este estudio es analizar en una muestra de 679 pacientes con trastornos mentales y el consumo de sustancias existente asociado a dichas patologías. MATERIAL Y MÉTIDOS: Se realiza un análisis descriptivo retrospectivo de un año de una muestra de un total de 679 pacientes atendidos en consultas externas de Psiquiatría de la provincia de Toledo. Se describen los trastornos mentales más frecuentes y el tipo de consumo de sustancias asociado dentro de sus antecedentes personales toxicológicos. Se utilizan buscadores como PubMed o Medline para la obtención de documentación bibliográfica que apoye los datos de este trabajo. RESULTADOS: En el 47,7% de la muestra analizada hay antecedentes de consumo de sustancias, entre los que encontramos: un 77,8% de consumo de tabaco, un 4% de alcohol, un 3,4% de cannabis, un 1,2% de cocaína, un 0,3% de otras sustancias y un 13% consumen o han consumido a lo largo de su vida varias sustancias de manera simultánea. Los trastornos mentales más frecuentes asociados a consumos son: trastorno depresivo persistente, trastorno adaptativo, trastorno bipolar, esquizofrenia, trastorno depresivo mayor, trastorno depresivo recurrente, trastorno límite de la personalidad, trastorno mental no especificado y trastorno de ansiedad generalizada. CONCLUSIONES: Dentro de un número importante de pacientes con diferentes patologías mentales que acuden a las diferentes unidades de Salud Mental encontramos una característica común, el consumo de sustancias, siendo este un factor pronóstico importante a tener en cuenta con implicaciones en la práctica clínica y el abordaje terapéutico de los pacientes.


2020 ◽  
Author(s):  
María Del Cerro Arastey ◽  
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Irene Juez Primo ◽  
Carlos Daniel Simón López ◽  
Alicia Ávila Franco ◽  
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El trastorno por uso de sustancias en adultos mayores de 65 años es una patología infradiagnosticada. Detectar la presencia de patología dual y ofrecer un tratamiento integral, mejora la evolución y el pronóstico en este tipo de población. OBJETIVOS: Principal: evaluar la prevalencia de patología dual en mayores de 65 años que ingresaron en una unidad de hospitalización psiquiátrica (UHP). Secundarios: analizar las características clínicas de los pacientes mayores de 65 años con patología dual y compararlas con los pacientes sin patología dual. MATERIAL Y MÉTODOS: Revisión retrospectiva de las historias clínicas de pacientes >65 años ingresados en la UHP Doctor Peset de Valencia entre 2008 y 2017. Se recogieron diversas variables clínicas y sociodemográficas. RESULTADOS: Se incluyeron 228 pacientes con una edad media de 71,7±5,8 años de los que 2/3 eran mujeres. Los diagnósticos más frecuentes fueron trastorno depresivo (31,6%) y trastorno bipolar (20,6%). Sólo en el 57% de la muestra se registró, en el momento de ingreso, la presencia de consumo de sustancias, existiendo patología dual en el 16,2%. La sustancia más consumida entre las registradas fue el tabaco, con el alcohol en segundo lugar. Se registró un único caso de abuso de benzodiacepinas, y a un 61,8% de los pacientes se les prescribió al alta. Los pacientes con consumo de alcohol presentaron una mayor presencia de intentos autolíticos recientes (p=0.009) y una mayor frecuencia de astenia, anergia, apatía y anhedonia (p<0.05). CONCLUSIONES: A pesar de su relevancia en cuanto a gravedad y pronóstico, nuestro estudio sugiere que la evaluación de patología dual en personas mayores de 65 años sigue siendo insuficiente en la práctica clínica. Tener más en cuenta este diagnóstico nos ayudaría no solo a su detección y manejo, sino también a evitar el posible efecto iatrogénico de los fármacos pautados.


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