scholarly journals Dos acercamientos a un motivo literario de fin de siglo: La Salome de Oscar Wilde y la de Enrique Gomez Carrillo

1995 ◽  
Vol 63 (3) ◽  
pp. 411 ◽  
Author(s):  
Jose Ismael Gutierrez
Author(s):  
Dorde Cuvardic García

En este artículo se realiza un exhaustivo recorrido por la representación de la ciudad muerta en la literatura europea y española fin de siglo, con especial interés en Rodenbach, en el caso belga, y en Azorín, en el español. Primero, se emprende una introducción por este topos, por el estado la cuestión crítico existente y por las razones de su eclosión en la literatura europea fin de siglo. En segundo lugar, se identifican las más importantes manifestaciones de este topos en la literatura europea, con especial incidencia en Brujas la muerta (1892), de Georges Rodenbach, que inició su auge en el simbolismo finisecular. También se exponen las más importantes manifestaciones de la ciudad muerta en la literatura de la Generación del 98, como es el caso, principalmente, de Azorín (Toledo, Yecla, Lantigua, Villena), de Baroja (Toledo, Alcolea del Campo) y Machado (Soria). Por último, se determinan las ciudades muertas en otros autores de la literatura española y latinoamericana, más allá de la Generación del 98: Vetusta, en La Regenta, de Leopoldo Alas (Clarín) o Ypres (en las crónicas de Guerra de Enrique Gómez Carrillo).


2015 ◽  
Vol 5 (2) ◽  
pp. 165-182
Author(s):  
Susanne Gruss

Gyles Brandreth's Oscar Wilde novels (2007–12) appropriate Wilde for a neo-Victorian crime series in which the sharp-witted aestheticist serves as a detective à la Sherlock Holmes. This article explores Brandreth's art of adapting Wilde (both the man and the works) and English decadent culture on several levels. The novels can, of course, be read as traditional crime mysteries: while readers follow Wilde as detective, they are simultaneously prompted to decipher the ‘truth’ of biographical and cultural/historical detail. At the same time, the mysteries revolve around Wilde's scandalous (homo)sexuality and thus his masculinity. The novels remain curiously cautious when it comes to the depiction of Wilde as homosexual: all novels showcase Wilde's marriage, Constance's virtues, and Oscar's love for his children, and the real ‘Somdomites’ are the murderers he pursues. By portraying these criminals and their crimes, the novels evade the less comfortable, transgressive aspects of Wilde's sexuality and help to reduce him to a thoroughly amusing decadent suitable for a general reading public. Brandreth's novels can therefore be read as a decidedly conservative account of Wilde's masculinity for the market of neo-Victorian fiction.


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