Este trabajo analiza el exilio impuesto a 40 militantes brasileños, en junio de 1970, que fueron enviados a Argelia después de su destierro. La dictadura de seguridad nacional de Brasil, como sus congéneres del Cono Sur, utilizó el exilio como estrategia de exclusión, de forma que miles de ciudadanos tuvieron que salir del país por la persecución sufrida, directa o indirectamente. El destierro, pena instituida en 1969, fue impuesta a 130 militantes intercambiados por autoridades diplomáticas extranjeras secuestradas por grupos de resistencia entre 1969 y 1971 y que se transformaron en exiliados, aunque anhelaran el retorno a Brasil para continuar la lucha. A partir de los relatos de los desterrados y de documentos producidos por los órganos de información y seguridad de la dictadura, se analiza el desarrollo de la acción de secuestro, el viaje a Argelia y las estrategias articuladas a partir de entonces por los “40”, entendiendo el exilio en tanto un momento de resistencia.