<p>Los vídeos musicales de Maslo Chernogo Tmina, como<em> Kensshi </em>(Minero, 2019)<em>, </em><em>Steppe</em> (Estepa, 2020),<em> Unknown world </em>(Mundo desconocido, 2020) dirigidos por Aisultan Seitov, expresan las problemáticas socioculturales en el actual Kazajistán, a través de un lenguaje islámico, identitario y visionario. Narraciones densamente afectivas, patéticas y políticas; por tanto, perteneciente al <em>éxtasis </em>cinematográfico promovido por Serguei Eisenstein; es decir, -al acto de salirse de uno mismo-, y en el que el espectador se desborda ante la confrontación de imágenes emotivas-cognitivas, provocándole una reacción psíquica de manera epistémica. Por lo demás, los espacios recogidos, sórdidos y acciones místicas presentes, son semejantes a rituales sagrados, que destacan como partes conceptuales de sus trabajos, y en la que además predominan las escenas urbanas desoladas y paisajes desérticos. En relación con la letra hay que comentar que es básicamente deprimente, con intenciones de denuncia ecológica y social, acompañada por melodías populares de género <em>abstract hip hop </em>o<em> trip hop</em>, conjugadas con el <em>folklore </em>kazajo. Por otro lado, las tradiciones y valores ancestrales túrquicos y animistas del país, regresan de manera sincrética en los imaginarios de los videoclips del autor. Aludiendo a un intenso y crítico contraste, entre un occidente materialista decadente y un oriente retornado verdadero. A pesar de este atisbo de esperanza, la obra en general de Maslo Chernogo Tmina nos advierte de un reverso oscuro del próspero y contemporáneo Kazajistán, a consecuencia de la desintegración de la Unión Soviética y la nueva entrada al modelo capitalista global. A la par que se centra en la vida trágica acaecida en las calles de las nuevas generaciones euroasiáticas.</p>