Las Pautas Hereditarias del Régimen Capellánico Ríoplatense
La naturaleza de la sociedad colonial fué en nuestra historiografía, desde fines del siglo XVIII, motivo de denodados conflictos. Concolorcorvo (1773), uno de los primeros viajeros en relatar sus impresiones del Río de la Plata, manifestó no saber que en esa región existiese mayorazgo alguno. Casi cuarenta años más tarde, Azara fue el primer intelectual, conocedor del Río de la Plata, que repitiendo la afirmación de Concolorcorvo, dió fundamento a la posteriormente denominada excepcionalidad argentina. Sostenía Azara, quien sin duda debía hallarse muy influído por la lectura de Jovellanos, que entre los españoles (incluye los criollos blancos) radicados en esta región de la América Española reinaba “…la más perfecta igualdad, sin distinción de nobles ni de plebeyos. No se conocen entre ellos ni feudos, ni sustituciones ni mayorazgos.” También E. M. Brackenridge, un diplomático Norteamericano que escribió unas memorias de viaje por América del Sur, repite a Azara al afirmar que no había en Buenos Aires “…familias de viejo arraigo” y que “la igualdad general dominante parecía atraer a los hombres a una unión más estrecha.”