Este trabajo propone una lectura sintomática desde el psicoanálisis de Sigmund Freud y la enseñanza renovada de Jacques Lacan, Jacques-Alain Miller y otros, sobre los posibles efectos que pueden suscitarse en los sujetos humanos que habitan en nuestro país, Ecuador, cuando se propone desde las leyes, una norma para el llamado Buen Vivir. La República del Ecuador, a través de su Constitución vigente, tiene como base el Buen Vivir, cuyo planteamiento es que la felicidad puede alcanzarse por medio de la armonía, igualdad, equidad y solidaridad. La salud mental se articula inmediatamente con estos ideales que prometen un estado de bienestar “para todos”. El psicoanálisis compara al ideal con la gloria de la forma. En este caso serían todos los manuales que dictaminan los pasos a seguir para alcanzar la promesa de la armonía, igualdad, equidad y solidaridad del Buen Vivir. Estas formas subrayan que nada se le escapa al Otro que dictamina y enjuicia cómo debe ser la felicidad. Para el psicoanálisis no se trata de desvalorizar los ideales; sino de darles el estatuto de síntoma que, como tales, merecen respeto pero no admiración.