En este artículo analizamos, desde el punto de vista de su estructura, la novela Locus Solus (1914) de Raymond Roussel, con la que el novelista quiso ilustrar su famoso “procedimiento”. Ofrecemos, concretamente, una lectura alternativa de la obra, que puede interpretarse como una recreación del episodio clásico de la catábasis, al que se equipara fenomenológicamente. La sección principal de esta innovadora novela incluye ocho tableaux-vivants en los que los muertos, artificialmente vueltos a la vida por el personaje principal (Martial Canterel), representan repetidamente los instantes cruciales de sus vidas. La complejidad de la geografía del “Infierno”, la presencia de un guía y el hecho de que los muertos de los tableaux vivants experimentan sentimientos y actitudes reminiscentes de los experimentados en vida evocan motivos presentes ya en la nékyia de Ulises (Odisea XI), la catábasis de Eneas (Eneida VI) y la Divina Comedia de Dante.