En 2020 las escuelas se cerraron como parte de las medidas que adoptaron los gobiernos, el de México entre ellos, para hacer frente a la pandemia de COVID-19. En esta situación, se implementó la educación a distancia recurriendo a las tecnologías de la comunicación. Este cambio obligado ha planteado diversos retos para alumnos y maestros, quienes han debido adaptarse a condiciones en que la conexión a internet falla, los equipos de cómputo con que cuentan no son los óptimos, combinar las actividades académicas o laborales con las domésticas, el encierro y el desconocimiento del uso de los dispositivos tecnológicos. Para esta investigación, se entrevistó a 10 docentes de los niveles de educación básica, media, media superior y superior acerca de los cambios en su situación laboral a raíz de la pandemia y cómo le han afectado. En los resultados, se encontró que los docentes consideran que las clases en línea han tenido ventajas, como el ahorro del tiempo que requieren los traslados. En cambio, la falta de compromiso por parte de los alumnos es una desventaja, así como los problemas en los servicios de internet. El contacto afectivo con los alumnos también se ha reducido debido a la distancia física. En términos de salud mental, no se encontraron afectaciones en los docentes debidas a esta modalidad de enseñanza.