Impacto del distanciamiento físico en la salud mental y cómo prevenirlos, revisión de la literatura.
La pandemia del COVID-19 ha significado un enorme reto de salud pública sin precedentes; por otra parte, epidemias pasadas de influenza, SARS y MERS confirman la existencia de un vínculo entre brotes de enfermedades respiratorias y los trastornos mentales. Se identifican factores de riesgo como las medidas gubernamentales de distanciamiento físico y cuarentena, hospitalización o aislamiento domiciliario de infectados y desempeñar cargos en trabajos esenciales como el personal de la salud, las cuales pueden derivar en consecuencias como sentimientos negativos, aparición de conductas de riesgo, exacerbación de trastornos mentales existentes y, a largo plazo, aparición de nuevas condiciones psiquiátricas. Existen estudios de la actual pandemia que confirman la existencia de afectación mental en varios países, incluyendo China y Estados Unidos, lo que obliga a reevaluar el riesgo/beneficio de las medidas gubernamentales de mitigación, así como explorar nuevas alternativas, como la telemedicina, para asegurar el bienestar mental de las poblaciones vulnerables, a pesar que, al momento de esta revisión, se carece de estudios que confirmen la afección mental del COVID-19 en período post enfermedad. Como conclusión, si la actual pandemia sigue la misma dirección que epidemias anteriores, la salud mental de una gran proporción de la población será afectada, por lo cual es importante tomar en cuenta las medidas de protección que buscan disminuir el impacto negativo en la salud mental, por ejemplo, mantener actualizada a la población, proporcionar suministros adecuados y prestar especial atención a la salud mental del personal de la salud y poblaciones vulnerables.