La formación de educadores especiales conlleva a la comprensión e interacción con los contextos social, familiar y escolar de los sujetos que aprenden. La educación especial tiene como reto el trabajo con estudiantes cuyas condiciones biológicas, cognitivas o sociales no les permite desempeñarse en una escuela regular, por lo que su objetivo principal es el desarrollo de la autonomía y el proceso de transición. En este sentido, la aplicación de historias de vida se convierte en una herramienta pedagógica fundamental en la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes hacia la carrera profesional. El objetivo de esta investigación es reconocer la influencia que tienen la elaboración de historias de vida en la formación docente de los estudiantes de la carrera de Educación Especial en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. A partir del paradigma naturalista con enfoque cualitativo, se examinan las representaciones de los futuros profesionales sobre la aplicación de historias de vida en el proceso de formación. Se elaboró un cuestionario ad-hoc a partir de las dimensiones: (1) personal, organizada por las categorías de (a) valoración de experiencias y (b) conflictos personales; (2) profesional, divida en(a) identidad profesional y (b) ética; y (3) comunitaria, desglosada en (a) interculturalidad e (b) inclusión. Participaron once (11) estudiantes de la carrera de educación especial quienes han elaborado historias de vida en casos de discapacidad intelectual, física, auditiva y parálisis cerebral. En la dimensión personal se hallaron concepciones positivas sobre la experiencia, relacionada con sentimientos de apropiación del caso, apoyo institucional, construcción de lazos de amistad. En la dimensión profesional se encontró la motivación y la comprensión del rol del educador especial, el aprendizaje de las implicancias de la ética en investigación educativa, la importancia de la formación continua y la mejora de las habilidades sociales. En la dimensión comunitaria las representaciones derivan el aprendizaje sobre la relación individuo-familia-comunidad, así como las barreras que obstaculizan la inclusión en dichos contextos. Se concluye que las historias de vida poseen un impacto positivo en el perfil del educador especial. El ejercicio de interiorización y sistematización de las experiencias vivenciadas tiene un alto potencial en los procesos formativos, permitiendo atenuar las brechas entre la investigación, la práctica investigativa y los procesos de formación docente.