Semblanza - Marie Sklodowska Curie
A comienzos del siglo XVIII, existían diferencias representativas entre géneros y se evidenciaba enormemente la desigualdad que existía entre hombres y mujeres. Los hombres eran quienes decidían todo suceso en la sociedad, desde las decisiones del hogar hasta las económicas, sociales, industriales y políticas. Las mujeres en cambio no tenían derecho a opinar en éstos ámbitos, solo se limitaban a las labores domésticas y a actuar en torno a los deseos y necesidades del hombre, por lo tanto, se dedicaban estrictamente a atender su familia y ser amas de casa. No podían estudiar debido a que no era un género reconocido por su intelecto, de hecho, se creía que las mujeres solo se guiaban por sus emociones y se dudaba ampliamente de sus capacidades intelectuales. Incluso, cuando se empezó a incluir su participación en la educación, ésta duraba menos tiempo que la de los hombres y era de poca calidad y trascendencia, debido a que estaba enfocada en formar buenas esposas, compañeras del hombre y mejores educadoras de su familia, quedando los conocimientos intelectuales en segundo plano ya que no se consideraba a la mujer como lo suficientemente inteligente para entenderlos y aplicarlos.