En el presente ensayo, profundizo en las principales fuentes que sirvieron de inspiración a la relación manuscrita, ilustrada y sin título escrita por Diego de Ocaña, un recolector de limosnas ofrecidas a la advocación milagrosa de Nuestra Señora de Guadalupe de Extremadura, en la comarca de las Villuercas (España). El manuscrito es ahora conocido como Relación del viaje de fray Diego de Ocaña por el Nuevo Mundo (1599-1608). Sea porque tuvo una difusión limitada y permaneció inédito por largo tiempo, o porque se ha considerado de forma fragmentaria o de forma marginal respecto del canon de crónicas por la razón que sea, lo cierto es que su estudio en conjunto sigue en pañales. Se sabe bien que Ocaña era letrado, y se había señalado correctamente que resultaba crucial para la interpretación de su manuscrito apreciar la familiaridad más que evidente que revelaba su escritura con respecto de las novelas de caballería, con obras como la Araucana de Ercilla y con cronistas como Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Pero más allá de las citas directas (que son pocas, tanto en el caso de Ocaña como en otros autores contemporáneos), en general, se ha subestimado la amplia cultura letrada de Ocaña. Lo más extraño de todo, dada su vocación religiosa, es que se hayan ignorado sus influencias de orden más espiritual. En este ensayo indago que hay otra clase de textos que estuvieron a su alcance y eran lectura habitual de sus principales destinatarios, textos en los cuales resultan esenciales las ideas y los asuntos profundamente sacros y elevados. Y me pregunto qué tanto habían orientado y conectado esas lecturas la manera como Ocaña contempla, imagina y describe las tierras las gentes y las realidades americanas, especialmente aquellas que él y sus compañeros necesitaban que fueren sacras y admirables. Sugiero finalmente que una inspiración fundamental para que Diego de Ocaña se presentase a sí mismo como peregrino y cronista piadoso reside en algunas relaciones tardo medievales de peregrinaciones a Tierra Santa así como relatos de viajes piadosos de la temprana edad moderna, caracterizados todos ellos por la riqueza y refinamiento de una tradición discursiva que se recrea constantemente.
Abstract
In the present essay, I delve into one of the fundamental inspirations behind an untitled, illustrated manuscript by Diego de Ocaña, an alms-collector travelling on behalf of the miraculous advocation of Our Lady of Guadalupe de Extremadura in the Villuercas mountains: the manuscript now known as the Relación del viaje de fray Diego de Ocaña por el Nuevo Mundo (1599-1608). Because the manuscript did not circulate widely and long remained unpublished, and because it has usually been fragmentarily employed if not marginalized from the chronicling canon for one reason or another, study of its whole remains in its infancy. It has long been known that Ocaña was a reader; and it has been correctly proposed that the appreciation of Ocaña’s evident familiarity with certain romances de caballería, with Alonso de Ercilla’s La Araucana and with cronistas such as Alvár Núñez Cabeza de Vaca would be crucial to interpreting his manuscript. But, beyond direct citations (which are few, both in Ocaña’s case and by other contemporary authors), the broader readerliness of Diego de Ocaña has been underestimated. Most oddly of all given his religious vocation, his more spiritual influences have been neglected. I ask in this essay what other kinds of texts in which matters and things deemed sacred and notable were central, were available to him and expected by his principal readers. I ask how such readings may have focussed and enabled Ocaña’s ways of seeing, imagining and portraying American lands, people, and phenomena, especially those which he and others needed to be sacred and notable. I suggest that a fundamental inspiration for Diego de Ocaña’s presentation of himself as a sacred adventurer and reporter lay in the richly honed, and thus highly re-generative, repertoires offered by late medieval and early modern accounts of pilgrimages to the Holy Land and related sacred journeys.