Lla evaluación de los gerentes públicos frente a la opinión pública
A nivel mundial, la crítica al sector público -que tiene mucho de verdad-, está alcanzando niveles de tal magnitud que ha llevado a los ciudadanos a una enorme pérdida de confianza en dicho sector, tanto así que han sido fácilmente convencidos de que los asuntos públicos deben y pueden resolverse fuera de la institucionalidad de dicho sector. Dichas críticas han conducido también a académicos a proponer cambios en la organización y funcionamiento del sector público. El presente trabajo parte del hecho de que toda esa crítica debe ser conducida a la luz de criterios objetivos, del conocimiento profundo sobre el funcionamiento propio de este sector y tomando en cuenta las características que lo distinguen del sector privado. Se parte aquí de la premisa de que el sector público tiene una serie de complejidades que lo hacen diferente al sector privado y que no se pueden resolver fácilmente, puesto que la cobertura de su funcionamiento requiere llegar a todos los ciudadanos de un país con productos y servicios de alta dificultad, lo que lo obliga a diseñar y poner en funcionamiento sistemas administrativos muy complejos para la prestación de los servicios; siendo ello diferente al sector privado, que tiene mercados cautivos, para productos muy bien delimitados. Desde esta perspectiva, tampoco es suficiente con trasladar la producción de bienes y servicios al sector privado, puesto que estaríamos trasladando todas esas complejidades a ese sector, con lo cual caeríamos en la misma situación, solo que en un sector diferente. Por tal razón, este análisis trata de aportar sobre cuáles son esas características propias del sector público que debemos tomar en cuenta a la hora de evaluarlo y sobre cuáles son parámetros que sí podríamos utilizar para llevar a cabo una evaluación objetiva de las actuaciones del sector público. ABSTRACTPublic sector mal-functioning has long been criticized and, as a result, great disappointment and a loss of confidence have grown among citizens who are now convinced that public activities should be transferred into the private sector. Because of that, academics all over have dedicated time to study this phenomenon and suggested new academic approaches, many of which are oriented to the adoption of alternative methods to manage public organizations as private enterprises or to definitively transfer public activities to private sectors. Therefore, this work tries to point out that, in order to give appropriate judgments or assessments about the public sector, it is necessary to clarify certain complexities that characterize it. These clarifications are important because misjudgments are usually expressed by different evaluators –journalists, auditors, etc. – through the media. That ends up in misunderstandings and a lack of support to public affairs. Clarifications are also necessary not only because people deserve unbiased assessments of the public sector, but also because, probably for them, it is not easy to recognize what is good and what is wrong with the public sector. Moreover, this work shows that there are no easy ways to go around many public affairs because, even though some activities can be transferred to the private sector, not all of them can, and, at the end, due to specific complexities, we will be simply transferring those complexities from one sector to another keeping the problems intact. It is recognizable that, in the public sector, things can be improved, but expectations over performance should be in accordance with reality. Finally, this study shows some parameters to positively measure public activities in order to monitor and contribute to better governance. KEYWORDS: PUBLIC MANAGEMENT, PUBLIC SECTOR, EVALUATION, PUBLIC OPINION, EFFICIENCY, EFFECTIVENESS.