Sabemos que la enfermedad de Parkinson, es el trastorno neurodegenerativo más frecuente, después de la enfermedad de Alzheimer y que su principal factor de riesgo es la edad avanzada. Dicha enfermedad supone cada vez más un reto de salud pública en nuestras sociedades occidentales progresivamente envejecidas.(1) Esta se caracteriza clínicamente por la presencia de la tríada motora: acinesia o lentitud de movimientos, temblor de reposo y rigidez, por ello ha sido clásicamente considerada y estudiada como un trastorno motor; Sin embargo, en las últimas décadas, ha aumentado el reconocimiento de manifestaciones no motoras como la apatía, el deterioro cognitivo o los síntomas disautonómicos entre otros.(1) Según la Asociación Europea de la Enfermedad de Parkinson el 94 % de los pacientes sufre anomalías motoras, el 84 % síntomas depresivos y en un 65 % trastornos cognitivos, Estas diferencias fisiopatológicas están influenciadas por factores genéticos, emocionales y epigenéticos, que se expresan en una inflamación crónica de bajo grado ,asociado directamente a una mayor degeneración de las células neuronales ; ésta combinación supone para el paciente una progresiva disminución en su calidad de vida. Se presenta el caso de un paciente de 78 años de edad con diagnóstico de enfermedad de Parkinson desde hace 17 años, en manejo médico convencional por especialistas en neurología, con pobre respuesta al tratamiento , con deterioro clínico y con alteración importante de su calidad de vida, que al momento de su valoración inicial, aplicando la escala de calidad de vida Euroqol 5D mostraba un puntaje 6.74 % , y en el termómetro de calidad de vida de esta misma escala 20 puntos % , con una severidad según la escala Hoehn y Yahr tambien de calidad de vida , en estadio 5, indicando (necesita ayuda para todo permanece sentado o acostado) , y por el índice de Katz que evalúa la independencia de un enfermo para realizar actividades de la vida diaria por calculadora virtual registrando los items obtenidos . 5 puntos ( incapacidad severa) , se inicio tratamiento desde la medicina biorreguladora de sistemas, aplicando como conceptos la detoxificación básica y central , la inmunomodulación y la regulación del eje hipotálamo hipófisis adrenal (HHA) con medicamentos como Galium Heel, Cerecomp Compositum, Traumeel S , Neurexan entre otros. por vía oral y endovenosa; después de 3 meses de tratamiento se logra evidenciar en el paciente una mejoría notable de sus síntomas clínicos siendo muy evidente en el temblor , rigidez , agitación psicomotora , demostrado por cambios en los resultados de las escalas ;en la escala Euroqol 5D mejorando en un 62.43 % en su calidad de vida , 50 puntos % en el termometro de calidad de vida de esta misma escala y ; pasando a un estadio 3 en la escala de Hoehn y Yahr (alteración bilateral leve o moderada con cierta inestabilidad postural), y obteniendo en el índice de Katz un puntaje de 3 puntos ; además se logro reducir la dosis de medicación antihipertensiva .Con este caso clínico podemos sugerir que el uso de medicamentos biorreguladores en dosis bajas multiobjetivo y multicomponente favorecen el proceso de autorregulación de redes desreguladas en la Enfermedad de Parkinson como son el sistema linfático " glinfático", la red neuroendocrina ,mitocondrial y modulando la inflamación crónica de bajo grado; logrando disminuir la severidad de los síntomas , la limitación funcional y mejorando la calidad de vida .