Resumen: La condición femenina incapacitó durante siglos para la administración de los bienes y alejó de los ámbitos de toma de decisiones. Se utilizó el expediente de la imbecilitas sexus, o la levitas animi, desde la antigüedad grecorromana para legitimar la violencia emocional, jurídica y económica ejercida todavía hoy de modo permanente sobre mujeres del presente. La historia ha sido narrada por los vencedores a partir de un mundo de guerras y luchas de poder en el que las mujeres y las emociones (también de los varones) fueron excluidas por igual. En este trabajo se ofrece una síntesis de resultados acerca de cómo nuestro pasado de discriminación y violencia de género permeabiliza nuestro presente. El resultado es la desigualdad normativa, en menor medida jurídica y en mayor medida social. Se analizan con perspectiva de género algunas causas, por las cuales el patriarcado trató a mujer adulta como una menor o discapacitada mental, susceptible además de sufrir legítimamente castigos físicos. Los estudios de género y su flexibilidad en el acercamiento interdisciplinar ofrecen nuevas perspectivas científicas a la hora de abordar la continuidad histórico jurídica del silencio de las mujeres, descritas a partir del “deber ser” de la feminidad. En las líneas que siguen se afronta la interpretación de distintas fuentes histórico –jurídicas en torno a la negación de la palabra femenina. Junto a los métodos tradicionales, el método diacrónico comparativo permite constatar la profunda huella que el pasado dejó en el presente. El punto de partida de este trabajo es que a las mujeres se nos ha normativizado en tres fases. Primero se convino que somos inferiores y debemos silenciarnos; después que la subordinación debe ser recibida con resignación y alegría; en tercer término, que la cancelación de la palabra femenina puede imponerse mediante la violencia. Palabras clave: mujeres, historia, derecho, silencio, emociones, violencia. Abstract: Since classical times, history has been written predominantly by victors and, in a world that continues to be dominated by military and political power struggles, both women and feelings (including those of men) remain repressed. Women were frequently denied formal legal capacity and excluded from administrative decision-making, and over time this institutionalised gender bias (imbecilitas sexus and levitas animi) served to reinforce more comprehensive emotional, legal and economic discrimination against women. Moreover, entrenched patriarchal attitudes meant that adult women were invariably treated as if they were either minors or mentally handicapped and, consequently, physical and psychological abuse against women became normalised. This article seeks to expose how modern legislation reflects and reinforces historic discrimination, both social and legal, against women. Drawing upon interdisciplinary gender studies that apply diverse and novel methodologies, the aim of this analysis is to give voice to “silent women” and so challenge the idealised stereotypical notion of what it means to be “perfectly feminine”. Through deploying a diachronic comparative method, a range of social and legal sources are investigated to illustrate how women’s voices were effectively silenced, and with significant consequences for the present. Here it is offered an account of how female subordination occurred incrementally and in three distinct phases: first, women were classified as inferior beings, both legally and socially, and therefore compelled to remain silent; second, women were taught to accept their inferior status with both joy and satisfaction; and third, when necessary violence was used to silence female resistance. Keywords: women, history, law, silence, emotions, violence.doi: https://doi.org/10.20318/femeris.2017.3548