Resumen. El Derecho originario de la UE no reconoce expresamente las medidas de acción positiva, pero permite que los Estados las implementen para corregir la desigualdad de género en el ámbito sociolaboral. Lo mismo puede afirmarse de las Directivas sobre no discriminación.Dada esa premisa, el papel del TJUE ha sido el de analizar la compatibilidad de las medidas de acción positiva adoptada por los Estados con el Derecho Comunitario.Las sentencias Kalanke, Marschall, Badeck, Abrahamsson, Briheche, Lommers, Roca Álvarez, Maïstrellis, entre otras, muestran un panorama de cierta complicación y, desde luego, de muchos condicionantes para admitir la validez de la acción positiva de referencia, porque abordan la materia desde un puro enfoque anti discriminatorio.El presente trabajo repasa sucesivamente esos pronunciamientos del Tribunal de Luxemburgo. De su estudio deriva toda una serie de requisitos para que pueda entenderse legítima la acción positiva en favor de la mujer: 1) Debe acreditarse la infrarrepresentación femenina en el correspondiente ámbito profesional. 2) No se trata de reservar empleos, sino de facilitar la compatibilidad con la vida familiar o de establecer prioridades. 3) Cuando lo que está en juego es el disfrute de un beneficio (como las guarderías para los hijos o el acceso a una formación profesional) no debe estar monopolizado por el Estado, de manera que pueda accederse a ellos en todo caso. 4) Es importante comprobar que se permita tener en cuenta las situaciones especiales de empleados varones. 5) La acción positiva debe respetar la proporcionalidad. 6) En caso de compararse méritos, el trato de favor solo debe activarse cuando existe igualdad sustancial de los mismos.Palabras clave: acciones positivas, promoción profesional, mujeres, jurisprudencia del TJUE.Abstract. The original EU law does not expressly recognize positive action measures, but it allows States to implement them to correct gender inequality in the social and labor sphere. The same can be said of the Directives on non-discrimination. Given this premise, the role of the CJEU has been to analyze the compatibility of the positive action measures adopted by the States with Community Law. The judgments of Kalanke, Marschall, Badeck, Abrahamsson, Briheche, Lommers, Roca Álvarez, Maïstrellis, among others, show a panorama of certain complications and, of course, of many conditions to admit the validity of the positive action of reference, because they address the matter from a pure anti-discriminatory approach. The present work reviews successively those pronouncements of the Court of Luxembourg. From their study derives a whole series of requirements so that positive action in favor of women can be understood as legitimate: 1) Female underrepresentation in the corresponding professional field must be accredited. 2) It is not about reserving jobs, but about facilitating compatibility with family life or establishing priorities. 3) When what is at stake is the enjoyment of a benefit (such as nurseries for children or access to professional training) should not be monopolized by the State, so that they can be accessed in any case. 4) It is important to check that the special situations of male employees are allowed to be taken into account. 5) Positive action must respect proportionality. 6) In case of comparing merits, the favorable treatment should only be activated when there is substantial equality of the same.Keywords: positive action, professional promotion, women, jurisprudence of the CJEU.